Las investigaciones llevadas a cabo por un equipo de la Universidad de Tufts y el Hospital General de Massachusetts indican que es posible entrenar el cerebro para que elija comida sana en lugar de alimentos más calóricos. El estudio, ideado para cambiar la forma en que el cerebro reacciona a los diferentes alimentos, muestra una conclusión clave: un aumento de la sensibilidad hacia los alimentos saludables debido cambios en las áreas del centro de recompensas del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la adicción. Estos resultados se mantienen a largo plazo.
Esta investigación demuestra que se pueden cambiar los hábitos alimentarios sin recurrir a cirugías ni dietas estrictas. Aunque están en desarrollo, hacen evidente la posibilidad de una corrección conductiva en los hábitos alimentarios mediante un aumento en la sensiblidad a los alimentos saludables bajos en calorías.
Mientras estos estudios se desarrollan, podemos condicionar nuestro cerebro para elegir comida sana mediante técnicas de condicionamiento más sencillas. ¿Cómo podemos hacerlo?
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Fotografía: waferboard