4 tomates rama medianos
300 g de ventresca de bonito Campos
2 huevos duros
Vinagre de Jerez
Para la mahonesa de berros:
1 yema de huevo
1 cucharilla de café de mostaza de Dijón
1 sopera de vinagre de sidra
300 g de aceite de oliva suave
50 g de vino blanco o txakoli
100 g de berros
Sal
pimienta
Para el yogur de huevas:
100 g de yogur griego
30 g de huevas de trucha
Albahaca
1 lima
Lavar y secar los tomates, hacerles un corte en la parte superior y quitarles la tapa reservándola.
Con ayuda de un sacabolas vaciar el interior con cuidado de no romperlos. Rociar los tomates con el vinagre de Jerez y macerarlos una hora. Pasado el tiempo, colocar los tomates boca abajo, para que escurran bien el vinagre. Preparar la mahonesa, batiendo la yema, el vinagre de sidra, la mostaza y agregarle el aceite en forma de hilo fino, poner a punto de sal y pimienta.
Picar los huevos y reservar. Escaldar las hojas de berro en abundante agua hirviendo con una pizca de bicarbonato durante un minuto. Refrescar seguido con agua con hielo, formar una bola y escurrir apretando bien. Aligerar la mahonesa con un chorro de vino blanco y la bola de berro cocida. Triturar bien con la túrmix a máxima potencia.
Añadir la ventresca de bonito Campos desmenuzada en lascas, la albahaca y el huevo duro picado y poner a punto de sal. Rellenar los tomates con la mezcla y terminar colocando a cada tomate su sombrero sin cerrar. Mezclar el yogur griego con las huevas de trucha, el zumo y la ralladura de la lima.
Acompañar los tomates rellenos con el yogur de huevas.