Beneficios del pescado azul en la alimentación infantil

Como bien sabemos, una adecuada alimentación supone una parte importante de la educación de nuestros peques. Además de ser imprescindible para su crecimiento, se trata de una garantía para mantener la salud física y mental en la vida adulta. Hoy hablaremos de los beneficios del consumo del pescado azul en la alimentación de los más pequeños.

Como regla general, y debido a su fuerte sabor y cantidad de grasas (saludables), lo recomendable es comenzar a dárselo a partir de los 18-24 meses. Como siempre, en caso de duda es imprescindible consultarlo con un profesional para garantizar que no sufren de ningún tipo de alergia o intolerancia. Eso sí, durante el embarazo es especialmente recomendable consumirlo, ya que sus cantidades de ácidos grasos Omega 3 contribuyen al correcto desarrollo del cerebro y de la vista del feto.

La vida de los niños es un no parar, lo que convierte al pescado azul en un alimento muy apropiado para ellos, ya que supone una fuente de energía indiscutiblemente saludable y efectiva. 

"Los ácidos grasos Omega3 son
fundamentales en el crecimiento". 

Además de las proteína, sus grasas saludables (Omega3) ayudan a que en el futuro mantengan una buena salud cardiovascular. Por otro lado, contiene diferentes minerales (calcio, yodo y magnesio) y vitaminas (A, B y D) necesarios para un adecuado crecimiento, la correcta actividad de los sistemas muscular y nervioso y la resistencia eficaz frente a posibles enfermedades.

Concluimos con los beneficios saludables y recordamos que también puede suponer una ayuda para la transición entre los alimentos más infantiles (fáciles y suaves) y los sabores que van a degustar el resto de su vida. Al tener un aroma tan intenso, al principio les suele costar aceptarlo, pero si comenzamos ofreciéndoselo acompañado de limón, especias o salsas que disimulen su sabor, podremos conseguir que en poco tiempo sean asiduos a uno de los alimentos más sanos de la dieta mediterránea. Anteriormente hemos escrito sobre cómo conseguir que a los peques les guste el pescado.

Otra complicación suele ser la presencia de espinas y piel, algo que los peques rechazan por la dificultad que supone apartarlas. Pero, afortunadamente, hay infinitas formas de consumirlo de forma sencilla, como las conservas o congelados, totalmente limpios y listos para comer.